Vivimos en una era donde la incertidumbre parece ser parte del día a día. Crisis económicas, cambios laborales, problemas de salud o situaciones globales pueden generar ansiedad, una respuesta natural del cuerpo ante lo desconocido. Sin embargo, cuando esta ansiedad se prolonga o se intensifica, puede afectar nuestra salud mental y física. ¿Cómo manejarla de forma saludable?
1. Acepta lo que no puedes controlar
La incertidumbre genera ansiedad cuando intentamos tener el control absoluto. Aceptar que hay aspectos fuera de nuestro alcance puede ser liberador. En lugar de luchar contra lo incierto, enfócate en lo que sí puedes hacer hoy.
2. Establece rutinas y hábitos
La ansiedad disminuye cuando hay estructura. Crear rutinas diarias —como horarios de sueño, alimentación y actividades— aporta una sensación de estabilidad. No se trata de controlar todo, sino de crear un entorno predecible.
3. Respira y vuelve al presente
La ansiedad vive en el futuro: en el “¿y si?”. Practicar técnicas de respiración consciente, meditación o mindfulness ayuda a regresar al aquí y ahora. Ejercicios tan simples como inhalar profundo por 4 segundos, mantener por 4, y exhalar por 4 pueden calmar la mente.
4. Limita la sobreinformación
Estar informado es útil, pero el exceso de noticias o redes sociales puede alimentar pensamientos negativos. Dedica momentos específicos al día para informarte y luego desconéctate para cuidar tu paz mental.
5. Busca apoyo emocional
Hablar con personas de confianza o acudir a un profesional de la salud mental puede hacer una gran diferencia. No estás solo/a. La ansiedad compartida se aligera y, en muchos casos, se comprende mejor con ayuda especializada.
Conclusión
La ansiedad frente a lo incierto es comprensible, pero no tiene por qué dominar tu vida. Con pequeñas acciones diarias, puedes cultivar calma y fortalecer tu resiliencia. Recuerda: no se trata de eliminar la incertidumbre, sino de aprender a convivir con ella con mayor equilibrio y conciencia.
